Identidad desconocida: SE

  De acuerdo a la Real Academia Española, la palabra se sirve para formar dos tipos de oraciones, que no deben confundirse aunque tengan en común el hecho de no mencionar quién realiza la acción verbal:

a) Oraciones de pasiva refleja. Ejemplos: Se vende casa de campo / Se venden casas de campo. Se buscan actores para la película.

b) Oraciones impersonales. Ejemplos: Se trabaja mejor en equipo/ Se está mejor solo que mal acompañado/ Se busca a los culpables del crimen.

  A diario nos topamos infinidad de veces con respuestas que usando y abusando de la impersonalidad, tratan de confundirnos al tiempo que ocultan a la persona o personas responsables de llevar a cabo alguna acción.

  A ver si les ha pasado alguna vez algo como esto.

    —A este (objeto) le falta pintura. ¿Cuándo lo van a terminar?

    —No se preocupe, se hace.

  En estos casos uno se queda con muchas preguntas. ¿Quién hará? ¿Cuándo va a estar listo?¿Cómo se hace para encontrar al tal Se y preguntarle?

  En otras ocasiones, uno va inocentemente a preguntar por un dato o una información y pasa algo así

    —¿A qué hora abre esta (oficina, sección, departamento)?
    —A las 8:30.

  A veces mostrando la mayor de las gentilezas agregan
    —Cierra a las 14:30.

  Ocasionalmente uno realiza la misma pregunta y la respuesta es secamente

   &emsp&;mdash;8:30.

  Uno escucha la respuesta: “8:30”, pero hay una mirada y circunstancialmente un tono de suficiencia que se puede interpretar como “8:30, qué tontera la suya; se sabe que es así”.

  Aparece aquí lo que se denomina subtexto, este conjunto de ideas o emociones que corren implícitamente bajo el texto; intenciones que el interlocutor percibe o cree percibir en el emisor del mensaje.

  Y uno insiste, tratando de protegerse, y se produce un intercambio que podría ser este:

    —Yo no sabía. Ahora sé. No hay cartel ni información alguna. ¿Cómo podía saberlo?

  Es obvio.

    —Es obvio para usted, pero no para mí, que no trabajo acá.

  Y al final resulta que a uno le dan ganas de encontrarse algún día con el escurridizo Se y decirle: ¡MuéstreSe! ¡Hágase cargo! No todo SE sabe como por arte de adivinación. Explicite la información.

  Hay cientos de ocasiones y lugares en los que recibimos este tipo de respuesta. Es peor aún cuando nos responden con fastidio o como si fuéramos unos bobos desorientados.

  Ejemplos sobran, más de los que el ciudadano común merece.

    —¿Hay algún lugar abierto para comer a esta hora?

    —Y, no. A esta hora ya está todo cerrado.

  En la voz, en el rostro y en el mensaje queda sobrevolando un burlón e insidioso “SE sabe”.

  Casos sobran:

  Calles en Montevideo de las que no sabemos nombre porque no hay carteles que lo digan. Parece que SE sabe.

  Flechas o indicaciones de tránsito inexistentes. SE sabe, amigo.

  Sitios turísticos, de servicios, a los que saben llegar los que conocen o viven el lugar, vecinos y autoridades. Falsa generalización: si yo sé todos saben ¿Para qué un indicador si SE sabe?

  ¡Llamen a SE!

  ¿Se acordó de otros ejemplos? Y sí, SE sabe. Obvio, ¿no?

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