Luego festejaremos con emoción, sin violencia, para seguir siendo ejemplo de acatamiento a la Ley y al mandato ciudadano, cualquiera que sea el resultado de las urnas.
Los referentes políticos de cada barrio tienen desde ya, un deber ineludible: hacer un llamado a la calma, al festejo tranquilo y al más absoluto respeto a una certeza que no es menor: nuestro sistema de sufragio es transparente y muy seguro.
El próximo mes brindaremos todos juntos con el reiterado y bienintencionado deseo de un ¡feliz año nuevo! Volveremos a saludar a los vecinos del barrio, nos abrazaremos durante el brindis, nos reuniremos con viejos amigos, compañeros de trabajo… El Uruguay continuará caminando.
Va a depender en mucho que ayudemos a seguir, a mejorar. Este no es solo un trabajo de algunos, es el trabajo del próximo gobierno en tu totalidad, de los sindicatos, de las empresas públicas y privadas, de los ciudadanos todos, allí donde estén.
Por supuesto que tendremos que estar atentos y bien despiertos, fuertes, para exigir, a quien haya que exigir, trabajar por un futuro mejor, sin prepotencia, ni impedimentos forzados. Pedir para mejorar y dar para mejorar. Exigir que se cumpla la negociación que firmaremos en las urnas: les damos nuestros votos, exigimos cumplimiento de lo prometido, sin violencia, sin gritos, sin prepotencia.
No se necesita de una ciudadanía en permanente movilización en las calles, se necesita de una ciudadanía que trabaje en su lugar de trabajo y que sean sus representantes los que vayan a negociar. Tenemos una larga tradición democrática que cuidar.
Yo quiero vivir en paz.
Necesitamos calma, hayamos o no, votado al próximo gobierno.
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