Siguiendo un orden dado a estas preguntas se intentará ordenar este, que parece siempre un punto engorroso de abordar, tema de la educación sexual dentro de la educación formal. Dicho de otra manera, el contenido que volcarán los docentes de los diversos niveles de enseñanza preescolar, primaria, secundaria o incluso superior
Cuando se intente responder a estas 6 preguntas aparecerá rápidamente la relatividad de las respuestas.
Qué enseñar irá de la mano de la edad de los alumnos, lo que llevará al cómo –de qué manera brindar el contenido–. No se podrá determinar lo anterior sin tener en cuenta qué momento u oportunidad será el adecuado, esto es el cuándo. Quién lo llevará adelante –docente de aula o externo– y por qué deberá trabajarse cada contenido, que dependerá a su vez de las razones o argumentos para hacerlo.
Sin duda este entrelazamiento es complejo
Es complejo de resolver dentro de cada aula y es más complejo aún a nivel institucional. No es imposible, no. Complejo, sí.
Se puede mirar desde un punto de vista más amplio, no ya desde la educación sexual como materia en sí misma. Tomando otra perspectiva podrá abarcarse más y de una manera más profunda.
La formación de la persona como ser individual y social formado en el respeto a las individualidades, la aceptación de la diversidad, la convivencia tolerante –cuando no pueda lograrse la comprensión y aceptación total del otro– será la base de toda educación que vaya más allá de lo específicamente curricular.
Debe aprovecharse la oportunidad invalorable de vivir en una democracia como la que disfrutamos en Uruguay para generar, en primera y básica instancia, respeto por el otro, por su pensamiento, por su modo de vida, por la libertad en su más pleno y sano sentido.
De esta manera todo lo que luego se pueda informar acerca de la anatomía y fisiología del sexo resultará bien sencillo.
La sexualidad de cada uno se expresa, se siente y se vive de manera individual y diversa para cada persona. Cada individuo dentro de su contexto familiar, religioso o filosófico definirá su accionar. Luego podrá o no disentir con los mandamientos de su grupo. Pero eso ya es harina de otro costal. No es materia que pueda ni deba asumir la educación formal en un Estado como el nuestro en el que la religión está separada de él.
Es lo humano, como individuo viviendo en sociedad, lo que debe educarse. Respeto por sí mismo, por su cuerpo, por sus sentimientos, sus emociones, sus elecciones de vida.
Por otra parte, hay áreas en el espectáculo que están hipersexualizadas. ¿Influyen en los niños y jóvenes? Sí. Pero también es harina de otro costal, un costal cercano cuya harina habrá que analizar.
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