Un jardín, un vergel, el paraíso
Don Elbio Giardino y su señora, doña Jorgelina Pomar —Lina, como la llamaba el esposo—, se mudaron cuando eran muy jóvenes a una casona, única en su cuadra y, por largos años, una de las pocas edificaciones de un paraje bastante solitario. La casa tenía un gran espacio al frente que se extendía hasta lo …